Desde edades tempranas, la mirada actúa como una clave especial para inferir los intereses, comportamientos, pensamientos y emociones del resto de personas. A pesar de compartir propiedades atencionales con otros estímulos direccionales no sociales, como las flechas, la mirada produce efectos únicos.
Esta diferencia se ha observado en población adulta con una tarea de interferencia espacial, donde las/os participantes responden a la dirección de unos ojos o de unas flechas, coincida o no con el lugar de aparición de los mismos. Mientras que las flechas producen un efecto de congruencia estándar, donde la dirección congruente con la localización del estímulo (por ejemplo, una flecha que indica la derecha presentada a la derecha) se identifica más rápidamente que la incongruente, la mirada produce un efecto de congruencia revertida, identificándose más rápidamente la dirección incongruente (unos ojos presentados a la derecha, pero mirando hacia la izquierda, esto es, hacia el centro) que la congruente.
Belén Aranda Martín, María Ángeles Ballesteros y Juan Lupiáñez, investigadores del CIMCYC, determinaron la aparición de estos mecanismos atencionales específicos de la mirada mediante un estudio con 214 niños españoles (con una edad entre los 4 y 17 años) divididos en 6 grupos de edad. Los diferentes grupos realizaron la tarea de interferencia espacial.
Los resultados mostraron que mientras que el efecto de congruencia de las flechas no cambia con la edad, el efecto revertido de la mirada surge progresivamente. Los niños de 4 años respondieron de la misma forma a la mirada y a las flechas. Sin embargo, a partir de los 5 años, el efecto de la mirada cambió paulatinamente surgiendo un efecto de congruencia revertida similar al encontrado en población adulta a los 12 años de edad.
A lo largo de la infancia, la mirada adquiere propiedades atencionales únicas relacionadas con su naturaleza social. La mirada no sólo guía la atención en una dirección, sino que también desencadena procesos de selección atencional del objeto o evento mirado. Estas características específicas de la mirada alcanzarían su punto máximo en la adolescencia temprana, un período con notables cambios sociales.
Comprender los mecanismos atencionales específicos de la mirada puede ser crucial para las/os niñas/os con un desarrollo sociocognitivo atípico, por lo que sería interesante estudiar la relación del efecto de congruencia revertida con otras variables sociocognitivas como la teoría de la mente o la imitación.
Contacto
-Belén Aranda Martín: @email
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Referencia completa
Aranda‐Martín, B., Ballesteros‐Duperón, M. N., & Lupiáñez, J. (2022). What gaze adds to arrows: Changes in attentional response to gaze versus arrows in childhood and adolescence. British Journal of Psychology. https://doi.org/10.1111/bjop.12552